lunes, 10 de octubre de 2011

Tarifas

El precio dependerá de la extensión del texto y del nivel de corrección que precise.

Corrección ortotipográfica: $8 por página (letra Times Roman o similar tamaño 12 con espacio doble). Incluye errores tipográficos, puntuación y acentuación.

Corrección de estilo: $15 por página (en el mismo formato que la anterior)
Trabajamos atendiendo la coherencia y la cohesión, también errores en la redacción: repeticiones, concordancia de tiempos verbales, frases confusas, lenguaje adecuado según el tipo de texto. Cuidamos que el texto sea comprensible y que se eviten las valoraciones personales (sobre todo si el texto es de carácter formal o académico).

Revisión integral de un texto: El costo de este servicio es de $18 por cuartilla.
Ofrecemos, además, una revisión integral de un texto, que incluye tres opciones: corrección ortotipográfica, de estilo y lectura crítica. Este servicio consiste en una mirada crítica de un texto y en la redacción de un informe de lectura en el que señalaremos aciertos o errores de la obra, como también sugerencias.
Además de la revisión ortográfica y una exhaustiva corrección gramatical, también verificamos referencias, alusiones, citas, bibliografías e índices.

Redacción de textos: A partir de $20 por página.
Escribimos cualquier tipo de texto: cartas, folletos, libros, artículos académicos y periodísticos. Asimismo, este servicio no incluye corrección exhaustiva del texto. (Ortotipográfica y de estilo).

 Asimismo, los trabajos se cancelarán  mediante transferencia bancaria, con antelación la mitad del importe total, y el resto cuando el cliente reciba el texto corregido. 

domingo, 9 de octubre de 2011

Queísmo y Dequeísmo: dos problemas fundamentales del lenguaje

Un vicio reciente para los hablantes es el mal uso de la preposición “de” antes de la conjunción “que”. Estas dificultades de nuestra lengua están extendidas por regiones donde el uso ha impuesto el error. En el lenguaje coloquial se pueden permitir licencias, en cambio, en el escrito debe imperar la corrección.
Llamaremos queísmo a la supresión de la preposición de y dequeísmo a la adición innecesaria de la misma preposición. Ambos términos suelen ser confusos y problemáticos para el hablante. Generalmente encontramos frases como: ‘‘Me dijo de que vendrías’’ o “Estaba seguro que Pedro había venido” En el primer ejemplo, el verbo decir no necesita la preposición de. Mientras que en la segunda oración resulta imprescindible el uso de ésta.
Uno de los métodos más sencillos para saber si el verbo verdaderamente rige una preposición es sustituir la oración subordinada por el pronombre eso. Si la oración mantiene el sentido, está empleada correctamente:

Se evitó que muchos hogares fueran destruidos > Se evitó eso
Se evitó de que muchos hogares fueran destruidos > Se evitó de eso ) (Dequeísmo)

«No tengo ganas que me molesten» en lugar de No tengo ganas de que me molesten» (Queísmo)


Por otro lado, hay ciertos verbos y adjetivos que deben construirse necesariamente con la preposición de.


CORRECTOS
INCORRECTOS
Me alegro de que vengas
Me alegro que vengas
Tengo la duda de que venga Pedro
Tengo la duda que venga Pedro
Me di cuenta de que venía Pedro
Me di cuenta que venía Pedro
Me olvidé de que tenía que ir a clase
Me olvidé que tenía que ir a clase
Tengo la impresión de que Pedro vendrá
Tengo la impresión que Pedro vendrá
Me alegré a pesar de que Pedro vino
Me alegré a pesar que Pedro vino
Me convencí de que Pedro debía venir
Me convencí que Pedro debía venir



Como se observa, el queísmo es un fenómeno que puede aparecer con los siguientes tipos de palabras:

a. Con verbos, como alegrarse, acordarse, enterarse, convencer, depender...
b. Con adjetivos, como seguro.
c. Con nombres, como impresión, duda, cuenta.

Además, para averiguar si el verbo rige, o no, preposición de puede realizarse cambiando la modalidad del enunciado; es decir, sustituyendo el modo enunciativo por el interrogativo. En el caso ‘‘Me dijo de que vendrías’’, al pasarlo al modo interrogativo (¿Me dijo que vendrías?), constatamos que la preposición de es innecesaria. Sin embargo, en ‘‘Me alegro que hayas aprobado’’, al formular la pregunta (¿De qué me alegro?), nos damos cuenta de que la preposición de es imprescindible.